Hablemos de la arteriosclerosis y cómo puede afectar las piernas

La arteriosclerosis afecta las extremidades al presentarse una reducción en la circulación sanguínea de causada por el estrechamiento y endurecimiento de las arterias.
Padecer de presión alta, fumar, consumir cantidades altas de grasa y colesterol, entre otros problemas de circulación elevan considerablemente el riesgo de padecer arteriosclerosis, una enfermedad que aparece cuando se concentran grandes cantidades de grasa, colesterol, calcio, y otras sustancias que se encuentran en la sangre dentro de las arterias, obstruyendo la circulación sanguínea.
Pero, ¿Qué es la arteriosclerosis?
La arteriosclerosis es la obstrucción y el endurecimiento de la arteria como consecuencia de una placa llena de colesterol, denominada placa de ateroma. Esta enfermedad puede afectar a cualquiera de las arterias del cuerpo, incluidas las del corazón, cerebro, piernas, brazos, pelvis y hasta los riñones.
Algunas personas que tienen arteriosclerosis no presentan signos ni síntomas, y es hasta que no sufren un ataque cardiaco o un accidente cerebrovascular que se diagnóstica.
¿La arteriosclerosis afecta las piernas?
Cuando se presenta una reducción en la circulación sanguínea de las extremidades que llevan el oxigeno y nutrientes a los brazos y piernas se genera una enfermedad llamada arteriosclerosis periférica o comúnmente llamada enfermedad arterial periférica PAD, muy frecuente en personas mayores de 55 años.
Este tipo de arteriosclerosis se caracteriza porque causa dolor en las piernas, entumecimiento, piernas y pies fríos y dolor muscular en los muslos, pantorrillas y pies.
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Si la obstrucción del flujo sanguíneo es lo suficientemente grave, puede causar la muerte de los tejidos y a veces la amputación del pie o la pierna.
Los médicos diagnostican esta enfermedad por medio de un examen físico y pruebas de imagen como el ultrasonido vascular, ultrasonido Doppler, angiografía por catéter, angiotomografia computarizada, angiografía por resonancia magnética.
¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad arterial periférica?
La arteriosclerosis periférica muchas veces no presenta síntomas hasta que la obstrucción ya es grave, pero en algunas ocasiones ciertos dolores o sensaciones dan paso a diagnosticar esta enfermedad, por ejemplo:
- Color pálido o azulado de la piel
- Pulso débil o ausente en las piernas
- Dolor, entumecimiento, molestia o pesadez en los músculos o piernas
- Dolor al subir escaleras o caminar
- Heridas o llagas en las piernas, pies o dedos de los pies que no sanan, tardan en sanar o sanan mal
- Temperatura mas baja en una de las piernas en comparación con la otra
- Poco crecimiento de las uñas o del pelo de las piernas
- Disfunción eréctil, especialmente en los hombres diabéticos.
¿Cuáles son las causas de la enfermedad arterial periférica?
La causa principal de la enfermedad arterial periférica es la arteriosclerosis y aparece principalmente en aquellas personas que tienen factores de riesgo para el desarrollo de la arteriosclerosis tales como:
- Edad avanzada
- Diabetes
- Tabaquismo
- Hipertensión arterial
- Hipercolesterolemia
Factores de riesgo
Estos factores de riesgo han sido determinados para enfermedades cardiovasculares y cardiopatía isquémica. Están implicados entre un 80 - 90 % en enfermedades vasculares la diabetes, hipertensión, tabaquismo e hiperlipemia.
Edad: En un grupo de edad entre 60 -65 años la prevalencia de esta enfermedad es de un 35%, sin embargo, en una población de 70 -75 años se incrementa a un 70%.
Sexo: Según los estudios esta enfermedad es mayor en los hombres que en las mujeres, cuando se estudia a la población en joven, ya que cuando son personas de la tercera edad no existe diferencia.
Factores genéticos: Algunas personas tienden a desarrollar esta enfermedad debido a factores genéticos hereditarios que incluyen enfermedades como la diabetes, la hiperlipemia, H T A, Síndrome de Werner, entre otras.
Esta enfermedad se clasifica en:
- Grado I. Los pacientes no tienen ningún dolor ni molestia. El diagnóstico se realiza únicamente por tener un ITB bajo.
- Grado II: Dolor cuando se caminan más de 100 metros.
- Grado IIb. Dolor cuando se caminan menos de 100 metros.
- Grado III. Dolor estando en reposo.
- Grado IV. Presencia de úlceras o de gangrena.
Finalmente, no olvides que el primer paso para afrontar esta patología es asesorarte de expertos que puedan brindarte una atención personalizada dependiendo de tus necesidades y nosotros estamos para cumplir esa labor. ¡Te esperamos!
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